
Que un director de setenta y dos años reinvente el cine de acción como George Miller ha hecho con esta película es digno de admiración.
Frenéticamente epiléptica, esta excesiva y violenta epopeya desértica resulta un soplo de aire fresco en el manido cine de acción de los últimos años. Comparable estilísticamente con películas que fueron revolucionarias en sus géneros como Moulin Rouge o Drive, Mad Max no es apta para cardíacos y del principio al fin, no da lugar a ningún respiro. Toques tan pop e irreverentes como los tambores o las guitarras eléctricas en los coches de combate funcionan como un inteligente guiño al espectador de que presenciarán una carrera/batalla de infarto con el único fin de pasar un buen rato, sin más pretensiones y sin ningún tipo de racanería estética.
Con una atmósfera de videojuego, Mad Max pone toda la carne sobre el asador y eso es lo que ha llevado a esta entrega de la saga, protagonizada por unos Tom Hardy y Charlize Theron perfectos para el papel, a la efusividad crítica y de público recibida, que alcanzó su clímax en el recibimiento con aplausos en Cannes.
La película de año para algunos miembros de la redacción, consigue unanimidad en resultar un experimento interesante y un ejercicio de estilo impresionante y valiente. Y es que la potencia visual del film y su ritmo resultan apabullantes y dignos merecedores de varios Oscars técnicos.
La película habla alegóricamente de la de la llegada al poder de Ada Colau y Manuela Carmena Con multitud de posibles interpretaciones políticas y feministas, que la dotan de mayor profundidad, Mad Max presenta una insurrección frente a un régimen tirano que controla y manipula al pueblo mediante el monopolio de un bien tan esencial como el agua, que desemboca en la lucha de un heroico matriarcado frente a un obsoleto y maléfico patriarcado. Pese a las críticas de exceso de feminismo, la película acierta con este elemento, que le otorga un interesante elemento diferenciador adicional y un toque de color en un cine tan testosterónico como suele ser el de acción.

En conclusión, la adrenalínica carrera de Theron y Hardy convierte a una película de acción en el primer gran MUST SEE del 2015 y en una firme candidata a los Oscars junto a Cake II. A la vejez, viruelas.
NOTA MEDIA: 85 / 100
Un comentario en “Mad Max: Furia en la carretera | CRÍTICA | La “Moulin Rouge” y la “Drive” de las películas de acción, primer MUST SEE del año”