
“El mundo necesita que vuelva Lady Gaga“. Con estas afirmación de nuestro redactor más hater de Lady Gaga se confirmaban nuestras sospechas de que hay ganas de regreso, y de que éste sea a lo grande. De regeneración del dominio Swift-Rihanna-Adele-Bieber en el podio femenino del pop.
Tras pasar por todas las etapas posibles a lo largo de estos años “Estrella-Talenta-Mamarracha-Acabada-Actriz-Oscars-GlobosdeOro-Jazz-Indie-Pop-Dance-Arte-Criadoradepollos” parece que Germanotta vive un buen momento profesional.
Tras la turbulenta etapa Artpop en las que las altas expectativas, encumbradas por ella misma, jugaron en su contra, parece que se avecina una etapa más relajada en la que el buzz será menor. Tras relajarse con Cheek to Cheek, que sólo le ha traído cosas buenas, y triunfar como actriz y performer, Lady Gaga ha conseguido que la prensa vuelva a confiar en su talento tal y como hizo en sus inicios.
De todos modos, su próximo paso será decisivo y su siguiente single, crucial, tanto para ver por qué derroteros tirará como qué objetivos (y resultados) tiene. ¿En qué liga jugará Lady Gaga a partir de ahora? Numerosos medios (entre ellos Popjustice o That Grape Juice) apuntan a que podríamos tener la respuesta a esta pregunta mucho antes de lo previsto: antes de un mes o incluso, durante este mes de agosto.
Mientras se dilucida si este regreso sale en breves o nos hace un Frank Ocean, os dejamos con Gypsy, una de las mejores canciones de su discografía y una de las grandes olvidadas del infravalorado Artpop.